viernes, 18 de septiembre de 2009

He convivido con mis demonios tantos años, que hasta me he acostumbrado a su presencia, ya no lucho con ellos, y al hacer esto, se han hecho benevolentes, hasta complacientes... y pacientes. Cuando digo demonios me refiero a esas tendencias, fuerzas internas que nos aniquilan, que nos someten a una poderosa influencia que nos arrastra a la locura, a la desesperación, a la tristeza, a la pérdida del instinto de supervivencia, a la aridez de los afectos, al miedo, a la soledad absoluta rodeada de personas y tareas...

Aprendí a no hablar de ellos, por el riesgo evidente de recibir medicamentos antipsicóticos o de nuevos "exorcismos" .... aprendí a silenciarme y ha canalizar estas tendencias a través de viejas artes y de antiguas prácticas... la música, las letras, mis cartas, los libros, mis dibujos, mi tesoros escondidos en cajas de madera y latón, las flores, las herejías y el ensimismamiento...

Vivir cada día ha sido una caída libre, un riesgo latente, burlón y estafador, esperando al acecho...Me he aferrado cual naúfrago en la tormenta...y en muchas ocasiones, me he dejado caer...esperando el final del precipicio, que tarda tanto en llegar... una caída infinita....

He tenido que soportar estoicamente esos consejos amistosos tales como "ten  fuerza" "Saldrás adelante" "mira por los que te quieren" y aun más torturantes han sido los filósofos de tarjetas Hallmark: "pero si la vida es una canción que merece ser cantada"...y los seudopoetas que parafrasean a medias a poetas "...las lágrimas no te dejaràn ver las estrellas..."

Quién no conoce el infierno fácilmente lo confunde con el Sahara o un volcán en erupción; quién no conoce el hambre tiende a asemejarlo a una sensación orgánica displacentera; quién no conoce la locura debe parecerle una enfermedad complicada....pero, sólo basta con ir al médico correcto...



Hay locuras que son cuerdas, que te permiten seguir funcionando en una aparente normalidad, pero sabes que no es cierto, que algo anda muy mal, que sientes en exceso y que hay cosas que no sientes, que el alma está en harapos, que existe un vacío inmenso, oscuro, intrigante que llenas y llenas, pero que absorve que se alimenta de todo como un voraz hoyo negro cósmico... Hay locuras que no te abandonan, perseveran a tu lado, conversan contigo, te llevan a explorar otros horizontes de la realidad aparente, te invitan a cuestionar lo establecido, te empuja a saborear la vida, sus placeres y tormentos, sus acervos y acerbos.


Hay locuras que me han llevado a las profundas cavidades de mi mente...que me han hecho explorar recuerdos, ideas, conceptos, imágenes, rostros, frases, luces, texturas registradas en una memoria limitada por la bioquímica...pero que se niegan a decantar...quieren permanecer en suspensión.... fisionándose, golpeándose, potenciándose....o talvez, solo destruyéndose...destruyéndome simultáneamente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario