sábado, 3 de octubre de 2009

Cómo de libres somos ...qué opciones o decisiones son realmente plenas?


Somos dueños de algo? somos dueños de nuestra locura, de nuestra cordura?

Cuándo nos perdemos dentro de nosotros mismos...cómo nos encontramos, cómo hallamos el camino de vuelta?

Cómo predecimos nuestros actos, nuestro futuro....cómo hilamos las palabras para darles coherencia? acaso es predestinación? acaso son las líneas ya aprendidas de memoria y que repetimos una y otra vez como un parlamento memorizado?

Cómo hallar el camino a casa? cómo volver sobre mis pasos? cómo retroceder? cómo olvidar?...cómo enmendar? cómo huir?

Qué se hace cuando observas tu rostro al espejo...y no reconoces la imagen en ella? cuándo lo que ves te parece ajeno, extraño, lejano.... cuando te observas con indiferencia, casi por inercia.... vas empujando tu existencia día trás día ? y es ahí, en ese momento en que buscas pretextos, excusas, culpas, alegrías, lo que sea para inyectarle combustible...para darle nuevos bríos, para que sonría, para que sobreviva...

Cuando el horror ha desaparecido, cuando el asombro sucumbe a lo cotidiano, a las costumbres, a las rutinas.... qué haces para recuperarlos? para salvarlos de la inercia, del día a día? de la agenda, del reloj, del madito calendario ... Cuando ha desaparecido el gusto por intentarlo, las ganas de atreverse, cuando todo da lo mismo, cuando todo se vuelve un ruido monotonal, persistente, enloquecedor...

Cuando ha desaparecido el dolor, cuando la anestesia reemplaza la sangre...cuando caminas y solo avanzas, siguiendo el itinerario, siguiendo las coordenadas...

Renuncié a la idea de orientar mi camino, sólo lo transito sin premura, sin afán, intentando no caer en la vana tentación de que existe un destino, un lugar de llegada... sólo avanzo, por inercia o por costumbre, doy cada siguiente paso con la alternancia de la obligación, la culpa, la curiosidad...



Han pasado siglos, transcurren los segundos como suicidas cayendo estrepitósamente sobre mi vida, y ésta no la siento, carcomida, apolillada, envejecida de abandonos y promesas. Mis sueños yacen despedazados, sólo cual espectros amorfos flotan los miedos, como siempre, mis miedos...mis miedos...


...me aterra la vejez, demasiado desvalida, inválida, podrida, miserable, solitaria. Circundada de vivencias pasadas que repetimos y retrocedemos como una vieja película de 8 mm....como cine mudo... acallando las culpas y los arrepentimientos de no haber sido valiente, de no haber estallado, de no haber abandonado, de no haber callado....

...me aterra el silencio, ese sonido lacerante que amplifica mis culpas amordazadas, el silencio que corrompe el tiempo y las voluntades... que favorece la complicidad y delata la verguenza.Ese que  tanto amo y que tanto odio.

...me aterran los recuerdos de lo no cumplido, de las promesas rotas, de la palabra empeñada llevada por el viento...

... me aterra la soledad... aquella que redarguye cuando estás rodeada de muchos...




... me aterran mis pesadillas, aquellos febriles retazos de mis catacumbas mentales...



... me aterra la desidia, la incapacidad para romper la rutina, la modorra del razonamiento de la iniciativa...



...me aterras tú.

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