martes, 22 de diciembre de 2009

Un punto de vista muy acertado...

A veces

Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.



ÁNgel González

2 comentarios:

  1. Muy bueno, Catalina!! Es verdad, a veces no pasa nada... ;)
    (La tinta provoca embarazos? Carajo, haberlo sabido antes!!)

    Abrazo
    Jeve

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  2. jajajaja, menos mal que no!siempre tengo los dedos llenos de tinta!!!

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